Un velo de agua cristalina
reposa en la herida pétrea
bajo la peña alada de San Juan...
La soledad alegra el claustro,
adagios insonoros vuelan
entre ondas inmaculadas
que bordan misterios en el alma.
Es en San Juan de la Peña
donde anido la esperanza,
donde encuentro el abrazo,
el abrazo divino que a Dios
me abraza...
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